Este campo formativo está dedicado
fundamentalmente a favorecer en las niñas y en los niños el desarrollo de las
capacidades y actitudes que Caracterizan al pensamiento reflexivo, mediante
experiencias que les Permitan aprender sobre el mundo natural y social.
La definición del campo se basa en el reconocimiento
de que los niños, por el contacto directo con su ambiente natural y familiar y
las experiencias vividas en él, han desarrollado capacidades de razonamiento
que les permiten entender y explicarse, a su manera, las cosas que pasan a su
alrededor.
La curiosidad espontánea y sin límites, y la
capacidad de asombro que caracteriza a los niños los conduce a preguntar
constantemente cómo y por qué ocurren los fenómenos naturales y otros
acontecimientos que llaman su atención, así como a observar y explorar cuanto puede
usando los medios que tienen a su alcance.
Desde edades tempranas los niños se forman ideas
propias acerca de su Mundo inmediato, tanto en lo que se refiere a la naturaleza
como a la vida social.
Estas ideas les ayudan a explicarse aspectos particulares
de la realidad y a encontrarle sentido, así como a hacer distinciones
fundamentales, por ejemplo, para reconocer entre lo natural y lo no natural,
entre lo vivo y lo no vivo, entre plantas y animales. Empiezan a reconocer los
papeles que desempeñan los miembros de su familia; los rasgos que caracterizan
sus formas de vida a través de las actividades que se hacen con regularidad, y
a entender para qué sirven los medios de comunicación, entre otras muchas
cosas.
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